(Aviso: este texto responde a una creación literaria del
autor de estas líneas. Para nada puede desprenderse que Aliseda 18 tenga un
credo o ideología determinado)
Un fantasma se cierne sobre Madrid: el fantasma de los huertos
urbanos. Es un hecho constatable, patente, imparable y que se contagia aquí y
allí entre todas las barriadas. Si no me creéis, asomaros a Pan Bendito,
barriada con carácter propio dentro de Carabanchel.
Pisas Carabanchel y algo en su gente, en sus calles, en su
sonido, en su cielo, te hacen saber que estás delante de uno de los barrios
obreros con más solera de Madrid. Aquí nada se ha dado gratis a nadie. Todo ha
sido ganado con tesón, lucha, sufrimiento y cabezonería vecinal. En el huerto
de Aliseda 18 ocurre lo mismo. Las cosas no son fáciles, pero son posibles. Y
ellos lo demuestran día a día.
Infraestructura: lo principal en la transformación |
Hacer huerto en esa tierra es complicado. Igual que hacer
compost en la solanera. Pero ahí están las manos trabajadoras de
Alisedanos-dieciochescos y Alisedanas-dieciochescas. Manos que convierten el
trabajo en rincones de libertad y comunidad. Aquí ni patrón ni amo ni señor, la
tierra es de quien la trabaja.
Y de trabajar sabe bien Sonia. Ni lluvia, ni frío, ni
calor. Ella es tenaz con el compost.
Sonia es del turno de mañana. Los hay también que tienen
turno de tarde. Aunque la división del trabajo pone una barrera, en Aliseda 18
se las saben apañar para mantenerse unidos en la lucha. La web está al servicio
de la clase obrera, de las personas.
Saben que lo importante es la infraestructura frente a la
superestructura. Y para infraestructura la de su compostador almacén de ramas,
podas y hojas secas. Muchos kilos de materiales se han depositado ahí. Y si lo
pequeño es hermoso -y más si seguimos hablando de infraestructura- tenemos tres
compostadores de palets, independientes, pero unidos en la misma lucha.
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Sonia no para de trabajar. No hay momento para
distracciones. Esto del compostaje es una cosa seria. Sonia sonríe porque sabe
que en los compostadores se dan las condiciones objetivas de transformación de
la realidad. Y si es así el proceso de compostaje es imparable, como la
revolución, como los huertos urbanos madrileños.
RUC
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