miércoles, 24 de abril de 2013

El Campo de la Cebada: un compost mega-pijo


¿Alguien se imagina una piscina sin agua? ¿Y un huerto sin tierra? ¿Un barrio sin pistas deportivas para que jueguen los chavales? ¿Y un compost hecho sobre el cemento? Señores, señoras, en el centro de Madrid hay un lugar donde todo es posible. Y lo que no es posible, se imagina y se hace realidad. No falta esfuerzo, pero se nota que aquí hay mucho más que eso. Les presento al huerto más pijo de la Red, el Campo de la Cebada.


En el solar de lo que un día fue una piscina pública un grupo de voluntariosos vecinos decidió poner en marcha un proyecto comunitario, de uso del espacio público con una clara vocación transformadora. La noticia corrió como la pólvora. Las más altas preclaras mentes pensantes del centro de Madrid se dieron cita allí y se arremangaron las camisas. Corta este palet y te hago unas gradas; con esta caja de fruta te construyo un columpio; con unos palillos y unas chinchetas te monto un escenario.

Y llegaron los del huerto. ¿Y cómo se hace un huerto en cemento? Pues vegan maderas (que no maderos). ¡Y camiones de tierraaaaa! Y cómo molan los bancales. Igual que una conjunción cósmica, en el huerto del Campo se han ido a juntar un equipo de cuidado: Manu McGuiver, Manu Barbas, Merche, Esther, José Luis, Floren, Luiso, Jacobo... Estos sí que son galácticos. El que no te hace un banco, te fabrica una pérgola, te instala la luz, te hace una carretilla, te montan una mesa plegable, te fabrican una estructura estructurada...
Esther amenazó con quitarse los ojos si no había compostador

Maragarita alimentando el compostador de tubo
Pero el problema vino con el compostador. Y es que Talma (la Reina) no quería que el Campo de la Cebada tuviera compostador. Proponía alguien “lo ponemos aquí detrás que queda muy bien” y Talma decía “No, ahí no que no me gusta”; “Pues más allá que no molesta, ni se ve” y Talma volvía al ataque “No, que el color del compost no pega con el color del suelo”. Las pijas son así.

Menos mal que, con nocturnidad y alevosía, se ingenió quizás el compostador más original de todos los huertos urbanos de Madrid. Con una macro-tubería de metro y medio de diametro, se cortó aquí, se agujereó allá y en un plis-plás ya teníamos compostador.

Ummm, jamón ibérico
Las cosas iban despacio, pero los problemas aparecieron rápido. Alguien pensó que para nutrir bien el compost era mejor echar alimentos de calidad que no peladuras guarras de verduras. Pues toma cuarto y mitad de jamón serrano (verídico). Y hay más: “Raúuuuuul, alguien ha echado un pollo”, “No pasa nada por escupir, es un extra de bacterias al proceso”, “Que noooooo, ¡que han echado una pechuga de pollo con huesos y todo!”. Como véis, a huerto pijo, suministros pijos.

Desde entonces Margarita es la suministradora oficial de materiales. Sólo trae lo mejor de lo mejor. Que talan un árbol, se lo trae desde su barrio; que están desbrozando en el Parque de Las Naciones, se trae un saco de recortes en el metro; que siegan el cesped de La Moncloa, allí está ella para traerse un bolsón. Así es ella.
Y ManuMc y su compostador alta gama

Alguien sugirió que había otros huertos con compostadores mejores que el nuestro “¿queeeeeeeeeeeeé?”. Fue visto y no visto. ManuMcGuiver sacó de su bolsillo el destornillador mecánico, agarró unos palets, Merche y Esther cortaron aquí y allí, Nuria y Bea les daban ánimos mientras se tomaban una cerve... y ta-ta-chán: modelo alta gama de compostador de palets, con doble espacio de metro cúbico, cubierta de metacrilato y aire acondicionado. Toma castaña.

Pero lo mejor de todo es el control de calidad. Cuando ya todos han currado de lo lindo, llega Raúl, saca su termómetro (digital, ¿eh?), mide aquí y allá, mete el dedo, lo mira al trasluz, lo chupa, saborea, gesticula y da su veredicto: “un compost excelente, cosecha 2013, color marrón castaña pilonga, con brillos atornasolados; afrutado, redondo en el paladar, con matices a cereza, musgo, frutos del bosque y canela”. No, si a pijos no nos ga
Floren feliz como una lombriz
na nadie.

Raúl después del control de calidad
Manu, Bea, La Mujer Barbuda y La Reina del Campo





No hay comentarios:

Publicar un comentario