Si vas al campus de Somosaguas busca en un rincón tras la facultad de CC Políticas y Sociología. Encontrarás un pequeño espacio donde, a través de un método biointensivo, se elabora el mejor compost de las ciencias sociales.
Julio nos enseña una lombriz biointensiva, así está de gorda ella |
Julio aprendió a cultivar en el desierto, con el método
biointensivo. Y si le das un poco de agua y buena tierra, sus resultados pueden
ser inmejorables. En Sabia Bruta ha sabido trasmitir sus conocimientos y allí
es todo biointensivo, hasta el compostaje.
¿Y esto qué es?
El compostaje biointensivo se hace directamente sobre el
terreno, sin necesidad de compostador, (al más fiel uso de Esparta -en Atenas
usaban compostadores-). Se apilan los residuos en capas de unos diez centímetros
en el siguiente orden: material seco, material verde, material seco y tierra
del bancal. Se sigue este orden hasta llegar a una altura de 1,25 m, formando
una estructura perfecta de 1,25m3 (así lo hacían Claude Levi-Strauss y el resto de estructuralistas). El montón biointensivo se riega a
diario.
Pila de compost biointensivo del huerto de Sabia Bruta |
Es importante que el compost vaya al mismo bancal del que
proviene la tierra que se echa. Aquí está el truco de todo. No todos los
bancales son iguales, cada uno tiene sus necesidades, cada uno es diferente y
no puedes mezclar sus tierras, lo mismo que no puedes mezclar liberalismo y
absolutismo, ni capitalismo con comunismo. “Anda ¿y por qué no?” se preguntará
el profano.
Javi arquea sus cejas y sonríe de medio lado “¿Alguna vez
te has preguntado qué pasa cuando se utiliza la horticultura
biointensiva en una facultad de Ciencias Políticas y Sociología?”. Para saberlo
nos enseña uno a uno los diferentes bancales:
-
Bancal Jean Jacques Rousseau. Para establecer su espacio,
en una condición de libertad, cada planta ha realizado un contrato con las
demás para formar una sociedad: el bancal. Es posible ver una gran variedad de
plantas, de asociaciones beneficiosas entre ellas, de efectos sinérgicos. Las
plantas adventicias que crecen al margen del bancal no son plantas.
-
Bancal Carlos Marx. La clase de plantas dominante son las
llamadas proletarias, aquéllas que venden su fuerza del trabajo por un salario. No son plantas muy llamativas si la ves una a una, pero cuando se asocian es cuando adquieren todo su valor. Han desplazado a las plantas burguesas, aquéllas que eran propietarias del
suelo. Las plantas burguesas eran muy bonitas a la vista, pero te las comías y no sabían a nada. El compost, el espacio, el agua, los nutrientes... son repartidos según
las necesidades de cada una, gracias al partido, que es la vanguardia de las
plantas proletarias. El bancal y todos los recursos pertenecen al Estado.
-
Bancal Nicolás Maquiavelo. Aquí todo vale para crecer
frente a las demás plantas, no valen consideraciones morales. No sólo entran en
juego los nutrientes, el agua, la luz, el suelo..., también son importantes la
virtud y la fortuna: sólo las plantas dotadas de virtud crecerán en el bancal,
imponiéndose a las demás y venciendo los designios de la fortuna (el pedrisco,
la helada, la sequía...).
-
Bancal Adam Smith. Las hortalizas crecen en libre
competencia. Lo importante es el crecimiento de cada una. La suma de los
crecimientos individuales de cada planta conseguirá el bienestar social de
todas, gracias a la acción de una mano invisible que corregirá los
desequilibrios del bancal. Al bancal no le cuida nadie, lo regula el
mercado.
-
Bancal Max Webber. Las hortalizas que mejor crecen son
aquéllas que vienen de semillas protestantes. Quien cuida el bancal tiene el
monopolio exclusivo del uso de la fuerza, si es que hiciese falta emplearla
para, por ejemplo, hacer un aporcado, un trasplante o un aclareo, pero siempre
guiado por la ética de la responsabilidad. Es un bancal en el que todo se rige
por unas normas claras, eficientes y estructuradas. Quien lo cuida no debe ser
un hortelano, sino un burócrata de la horticultura.
-
Bancal Thomas Hobbes. Este bancal antiguamente era un
sin-dios, un caos verdadero. Cada hortaliza luchaba a tortazos contra la de al
lado para imponerse y hacerse con los recursos. Pero menos mal que llegó una
que convenció a las demás para ejercer la autoridad, las demás ceden a su
voluntad y por tanto ejerce un mandato absoluto en el bancal. Ahora todo va como
miel sobre hojuelas.
Irene, otra estructuralista |
Anochece en Somosaguas, pero en el huerto no. Un huerto
biointensivo no descansa ni por la noche. Para eso está Irene con sus ojos
luminosos. Sus ojos proyectan luz más que de sobra para que los procesos
fotosintéticos sigan produciendose en cada bancal. Irene por el día está en la
facu; por la noche tiene que mirar el huerto. Y sabe bien que no puede mirar de
la misma forma a cada uno de los bancales. A unos los tiene que mirar con mala
leche, a otros con esperanza, a otros con resignación y a otros... mejor ni
mirarlos.
"La leche, vaya pedazo criba que nos hemos fabricado" |
Ha sido un placer veros en persona, llevo unos dias leyendo vuestro blog y hay que reconocer que es muy interesante, ya lo tengo guardado en favoritos para leerlo todas las semanas jeje.
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Visitar mi mi blog: Consejos para tu grama
waauu me sirvio bastante
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